martes, 24 de julio de 2012

Gurb en bicicleta

Releyendo Sin noticias de Gurb (1990, 1991), de Eduardo Mendoza, muy apetecible en verano, descubro cosas que había pasado por alto cuando, hace ya unos cuantos años, descubrí la novela y a sus dos extraterrestres. Esta vez la lectura se ha hecho un poco larga y pesada, pese a la brevedad de la novelita, y las gracietas continuas ya no me han parecido tan graciosas. Y sin embargo uno no puede evitar sonreír cuando lee ciertas verdades inmarcesibles:
"Bajo paseando por las Ramblas, me meto por algunas calles laterales. En esta parte de la ciudad la gente es variopinta y bastaría su sola contemplación para saber que Barcelona es puerto de mar aunque no lo fuera. Aquí confluyen razas de todo el mundo (y también de otros mundos, si se me incluye a mí en el censo) y aquí se cruzan y descruzan los más variados destinos. Es el poso de la Historia el que ha formado este barrio y el que ahora lo nutre con sus polluelos, uno de los cuales, dicho sea de paso, acaba de chorizarme la cartera."
Pero lo más sorprendente ha sido un fragmento profético, ciclistamente o Bicing-mente profético:
"La densidad del tráfico es uno de los problemas más graves de esta ciudad y una de las cosas que más preocupado tiene a su alcalde, también llamado Maragall. Éste ha recomendado en varias ocasiones el uso sustitutivo de la bicicleta y ha aparecido en los periódicos montado precisamente en una bicicleta, aunque, la verdad sea dicha, nunca lleva trazas de ir muy lejos. Quizá la gente haría más uso de la bicicleta si la ciudad fuera más llana, pero esto tiene mal arreglo, porque ya está casi toda edificada. Otra solución sería que el Ayuntamiento pusiera bicicletas a disposición de los transeúntes en la parte alta de la ciudad, con las cuales éstos podrían ir al centro muy de prisa y casi sin pedalear. Una vez en el centro, el propio Ayuntamiento (o, en su caso, una empresa concesionaria) se encargaría de meter las bicis en camiones y volverlas a llevar a la parte alta. Este sistema resultaría relativamente barato. A lo sumo, habría que colocar una red o colchoneta en la parte baja de la ciudad para impedir que los menos expertos o los más alocados se cayeran al mar una vez efectuado el trayecto descendente. Quedaría pendiente, claro está, la forma en que la gente que hubiera bajado al centro en bicicleta volvería a la parte alta, pero esto no es cosa que deba preocupar al Ayuntamiento, porque no es función de esta institución (ni de ninguna otra) coartar la iniciativa de los ciudadanos."
Curiosamente, no solo parece avanzarse al Bicing, sino también a los problemas congénitos del Bicing.

1 comentario:

  1. Cuando yo leí "Sin noticias de Gurb" me lo vendieron como que o te gustaba mucho o nada. A mi, bueno, fue un libro fresquito, de verano como tú dices -aunque lo leí en febrero, si no recuerdo mal. No recordaba el carácter profético pero si el tipo de humor de "colocar una red o colchoneta en la parte baja de la ciudad para impedir que los menos expertos o los más alocados se cayeran al mar una vez efectuado el trayecto descendente". Por cierto, el lenguaje de Mendoza es muy tú, eh! :P

    Otra cosa, ya estas linkado en la selecta y tristemente inactiva biblioteca de ideas de un servidor :)!

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