martes, 27 de septiembre de 2016

Examen final: pregón

Llevo un tiempo dándole vueltas a la idea de preparar un curso sobre literatura, cine y música de Barcelona. Lo impartiría yo mismo en Cracovia, aunque por ahora no es ni siquiera un proyecto: es la sombra de un proyecto en pañales, gimnasia mental con la que entretenerme. El curso tendría 15 sesiones y, aunque sería en español, también incluiría obras en catalán, y quizás en otras lenguas, traducidas al castellano para que los estudiantes pudieran entenderlas. Nos encontraríamos una vez a la semana y durante una hora y media comentaríamos un texto, una canción o una película que los alumnos habrían leído o visto previamente en su casa. La obra seleccionada estaría de algún modo relacionada con Barcelona: sucedería en la ciudad, hablaría de un problema barcelonés, tendría lugar en un periodo histórico determinado, presentaría a un personaje importante, etc.

El curso se adaptaría a las circunstancias: una clase semanal y alumnos no nativos. Por tanto, los textos usados no podrían ser demasiado largos, así que quedarían descartadas las novelas, a menos que fueran muy cortas o que solo leyéramos un fragmento; sin embargo, en vez de leer La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza podríamos ver la adaptación cinematográfica de Mario Camus. Por otro lado, tampoco leeríamos obras muy difíciles o con un lenguaje demasiado complejo; es decir, nada de Juan o de Luis Goytisolo, nada de Francisco Casavella y mejor el último Juan Marsé que el primero. Finalmente, no obligaría a los estudiantes a digerir películas o relatos muy lentos o incomprensibles, puesto que no me gustaría que se aburrieran; desecharía, pues, a Albert Serra, aunque no sé si alguna de sus películas está relacionada con Barcelona.

Podría dedicarle una sesión a la Barcelona negra, ya que son muchos los autores del género policíaco (Manuel Vázquez Montalbán, Andreu Martín, Jordi Sierra i Fabra, Carlos Zanón, Alicia Giménez Bartlett...); eso sí, tendría que encontrar algún cuentito, porque las novelas estarían prohibidas. Otro día podríamos centrarnos en el relato corto en catalán (Pere Calders, Quim Monzó, Bel Olid, Empar Moliner, Carme Riera), aunque en este caso debería buscar un texto ambientado en Barcelona, quizás "La gran novel·la sobre Barcelona" de Sergi Pàmies o algo del Puja a casa de Jordi Nopca. Para variar un poco, leeríamos cómics: hablaríamos de la creación de TBO, del boom del cómic adulto a partir de los 70, de la línea chunga, de Makoki y de El Víbora, e incluso podríamos ver la película El gran Vázquez. Luego saltaríamos a la lírica sobre Barcelona y hay mucho donde elegir: desde las odas de Verdaguer y Maragall hasta los poemas de Roberto Bolaño y Joan Margarit, pasando por Jaime Gil de Biedma, Marta Pessarrodona y demás. En otra clase observaríamos la visión que de Barcelona tienen los creadores extranjeros (George Orwell, Colm Tóibín, Jean Genet); podríamos comparar dos películas (el turismo idealista en Vicky Cristina Barcelona versus la inmigración realista en Biutiful) o hablar del Erasmus en L'auberge espagnole o de la Guerra Civil en Land and Freedom. Más películas, pero patrias: una de terror (REC), de cine quinqui (Perros callejeros, Yo, «El Vaquilla»), de ciencia ficción apocalíptica (Los últimos días), el documental Ocaña, retrato intermitente, el Almodóvar de Todo sobre mi madre, etc. Para recordar a los charnegos y la inmigración de los sesenta, leeríamos algún fragmento de Los otros catalanes de Francisco Candel o algo de Juan Marsé. La Barcelona tardofranquista podríamos tratarla con la película de Salvador. El 11 de septiembre de 1714 estaría bien discutirlo con Victus de Albert Sánchez Piñol, pero es novela, así que habría que esperar a que hagan la película. Dedicaríamos un día a la música: la rumba catalana ("Gitana hechicera", "La rumba de Barcelona"), la "Barcelona" de Freddie Mercury y Montserrat Caballé, "Barcelona ciudad" de Loquillo y los Trogloditas, "Barcelona i jo" de Serrat, y otras de Manu Chao, Siniestro Total, La Banda Trapera del Río, etc.

Además, también me gustaría encontrar algún poema o relato de los integrantes del Boom latinoamericano, o de sus sucesores; pero que hable de los mismos escritores del Boom, de cómo vivieron en Barcelona García Márquez, Vargas Llosa y compañía. ¿Existirá algo así? Asimismo, querría buscar una obra de ficción sobre el catalanismo y/o el independentismo, sobre las tensiones España-Cataluña en el siglo XXI, los juegos de poder en la Generalitat, la experiencia de la gente normal, etc.; nada de ensayo o crónica, que existe en gran cantidad, tampoco sátiras baratas. ¿Habrá alguna novela o cuento más o menos decente por ahí?

Etcétera, etcétera. El mayor problema de organizar el hipotético curso no sería, pues, encontrar obras adecuadas a las circunstancias. El problema sería elegirlas, decidir cuáles usar y cuáles no. En eso estoy: decidiendo qué incluir y qué excluir.

De la interminable lista de novelas, cuentos, relatos, películas, poemas, documentales y canciones sobre Barcelona, solo estoy seguro de que incluiría una obra en mi curso, una sola obra. El último día del curso tendríamos un examen final, que en realidad sería un examen colaborativo, es decir, una clase como las demás. ¿Cuál sería, entonces, la última obra, la obra que condensaría todo lo aprendido en las catorce sesiones anteriores? El pregón de Javier Pérez Andújar para la Mercè de 2016.


En casa, los estudiantes habrían leído y escuchado las palabras de Pérez Andújar; alguno quizás se habría enterado de la polémica que el verano de 2016 rodeó al pregonero. Yo, como buen profesor, les habría advertido de la dificultad de interpretación, ya que el texto está cargado de sobrentendidos de la cultura popular y local barcelonesa (especialmente de la generación de mis padres, para complicarlo aún más). También les habría pedido a los estudiantes que leyeran el texto un par de veces y que googlearan todo cuanto les oliera a alusión o referencia.

Luego, en clase, trataríamos de diferenciar lo que es una cita, una referencia, una alusión, una paráfrasis, etc., porque el pregón de Pérez Andújar es un modelo de lo que Gérard Genette definió como literatura en segundo grado. También discutiríamos cuál es la estructura del texto: una mera lista. La lista es la forma literaria más básica; escribir listas es de pobres, diría Pérez Andújar. En su Facebook, el escritor de San Adrián del Besós dijo que su referente o inspiración (o hipotexto, Genette dixit) había sido Aullido de Allen Ginsberg, pero en clase comentaríamos si estamos de acuerdo o no con el autor.

Después anotaríamos en la pizarra las obras y artistas que habríamos encontrado en el pregón: si entre todos tuviéramos más del 50% de las referencias del texto-lista de Pérez Andújar, estaríamos aprobados; si no, también. A continuación les preguntaría a los estudiantes si el ejercicio de nostalgia extrema de Pérez Andújar también los conmueve a ellos, que no son de Barcelona y no pertenecen a su generación: si contestaran que sí, estarían aprobados; si no, también.

Para acabar, proyectaría todas las imágenes de obras y artistas mencionados o escondidos en el pregón: la portada de La plaça del Diamant y de la revista El Papus, una viñeta de El Capitán Trueno, una foto de Manolo Escobar, etc. Por mucho que le pusiera una música épica de fondo, por mucho que uno no sea de Barcelona ni de la generación de mis padres, la lectura del pregón es más emotiva que la sucesión de imágenes.

Palabras 1, imágenes 0.

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