Aunque ya no esté en Barcelona, no me olvido de ella. Ni de Girona ni de Cataluña, y mucho menos en estos tiempos tan revueltos. Aunque entre el recuerdo, la melancolía y el extrañamiento hay unos cuantos trechos. Por contra, sí que echo de menos a ciertas personas y algunos momentos; como, por ejemplo, la mudanza del piso: una experiencia increíble.
Increíblemente agotadora, claro.
Y muy lubrificada. Subir cinco pisos sin ascensor provocó que los cuerpos se barnizaran de sudor al terminar el primer viaje; al acabar el segundo, las camisetas ya no cubrían nuestros torsos musculosos. Por suerte, no hubo incidentes: nadie resbaló entre tantas humedades.
Increíblemente agotadora, claro.
Y muy lubrificada. Subir cinco pisos sin ascensor provocó que los cuerpos se barnizaran de sudor al terminar el primer viaje; al acabar el segundo, las camisetas ya no cubrían nuestros torsos musculosos. Por suerte, no hubo incidentes: nadie resbaló entre tantas humedades.
Sí hubo, en cambio, algunas ausencias. Siempre justificadas, evidentemente. En cualquier caso, desde la distancia espacial y temporal quedan todas perdonadas. Algunas ausencias también han sido recientemente compensadas, como la de un amigo, llamémosle M. En este caso, con una crónica gráfica de la mudanza.
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Lo curioso es que, como buen narrador, M recreó los hechos sin estar presente. Vaya, que se lo inventó todo. Como Dios manda. ¿A quién le importa lo que ocurrió si el cuadro, la foto, el relato, etc., merece la pena?
Aquí somos fervorosos defensores de las mentiras bien contadas; o de las infidelidades a la realidad, que viene a ser lo mismo. Sea lo que sea, a esta traicionera llamada realidad, su propia medicina.
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Lo curioso es que, como buen narrador, M recreó los hechos sin estar presente. Vaya, que se lo inventó todo. Como Dios manda. ¿A quién le importa lo que ocurrió si el cuadro, la foto, el relato, etc., merece la pena?
Aquí somos fervorosos defensores de las mentiras bien contadas; o de las infidelidades a la realidad, que viene a ser lo mismo. Sea lo que sea, a esta traicionera llamada realidad, su propia medicina.
1.Tenint en compte com és la realitat, millor ser-li infidel!
ResponderEliminar2. Aquesta transgressió em recorda frases cèlebres com “els grecs no tenien comèdia”, la “relació directe entre el gas mostassa i el càncer”, que en ‘l’Edat Mitja tothom era pulcre, cívic i guay”, “Sant Pau apòstol”... ....i, quan un alumne li qüestionava l’afirmació, amb una contesta del profe a l’alçada del seu enaltiment a la ignorància: “puede ser que usted tenga razón pero, si no quiere tener problemas, en el examen lo pone como yo lo he explicado en clase”.