La literatura del duelo, los libros dedicados a la muerte de un ser
querido, es tan vieja como la literatura. En la española, uno de sus
primeros hitos son las consabidas Coplas de Jorge Manrique; a
partir de la muerte de su padre —decir “con la excusa de la
muerte del padre” queda demasiado frío—, el poeta palentino le
pasa revista a la existencia: la vida, su sentido, el recuerdo, el
honor, etc. Después de él, muchos más han repetido el esquema; por
ejemplo, Mortal y rosa (1975)
de Francisco Umbral, que llora negra tinta por la muerte del
hijo. Y en los últimos años parece que ha habido un boom de la
literatura del duelo, sobre todo tras la publicación de El olvido
que seremos (2005) de
Héctor Abad Faciolince. De hecho, Alberto Olmos ha llegado a decir
que hay una crisis de la literatura del duelo: por un lado, el exceso
de muestras literarias de dolor estaría banalizando el mismo dolor
y, por el otro, los críticos no serían sinceros con estas obras, ya
que el dolor que emanan empaña su juicio.
La barcelonesa Milena Busquets se inscribe con su última novela,
También esto pasará (2015),
en esta tradición. Sin embargo, quiero pensar que su éxito no se
debe solo al auge de la popularidad de la literatura del dolor sino a
la calidad particular de la obra. La protagonista, cuya madre ha
muerto, se llama Blanca y narra la dura superación del luto; el
planteamiento es ficcional, porque Blanca no es exactamente Milena,
pero el aparato paratextual se encarga de que el lector sepa que la
literatura de Busquets parte de las “vivencias personales” y de
“lo íntimo”, es decir, que la ficción viene avalada por la
realidad. Y lo real siempre vende más que lo ficcional.
Blanca tiene cuarenta años y su mundo lo componen sus hijos, sus
amigas, sus exesposos y sus amantes. Todos se reúnen en una casa de
Cadaqués, donde pasan el verano durante el cual también esto
pasará, aunque,
narrativamente, poco pasa: comen, charlan, van a la playa, nadan y
navegan, coquetean, beben, follan, ríen y lloran. La novela de
Busquets es una novela sin argumento o con la lucha entre la vida y
la muerte (el duelo) por argumento. El hedonismo de Blanca y los
suyos (“Lo contrario de la muerte no es la vida, es el sexo”) es
el único antídoto contra el dolor de la pérdida, pero la
yuxtaposición de hedonismo y duelo puede llegar a chocarnos por
superficial, cuando no banal; También esto pasará es una
novela que oscila —a veces peligrosamente— entre la ligereza y la
levedad, tal y como la entendió Italo Calvino.
Cada vivencia, cada detalle, despierta en la narradora el recuerdo
de su fallecida madre: la vida solo le evoca la muerte, por lo que
tiene siempre un pie puesto en el presente y otro en el pasado. La
novela está narrada en primera persona —prosa sencilla con breves
arrebatos líricos y reflexiones nunca desarrolladas mucho más allá
de la máxima— que constantemente salta a la segunda persona:
Blanca dialoga sin parar con la madre. La superación del duelo es el
paso del tú al ella.
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