Hay
algunas novelas que consiguen tomarle el pulso a una ciudad, un país
o un evento histórico: cuando las lees, la realidad —la ciudad, el
país, el evento histórico— cobra sentido, el enigma queda
resuelto por arte de literatura. Por ejemplo, Felipe González dijo
que gracias a Un puente sobre el Drina de Ivo Andrić
fue capaz de entender el conflicto de los
Balcanes, donde actuó como mediador durante la guerra. Yo añado
otra novela: La hija del Este
(2013) de Clara Usón.
Se
trata de una ficción que parte de hechos reales, concretamente del
suicidio de Ana Mladić, la hija de Ratko
Mladić, general de la
República Srpska y responsable de la matanza de Srebrenica. La
elección del narrador es fundamental para que La hija del Este
no sea un libro de historia mal camuflado en novela: Danilo, un
serbio cuya ascendencia judía lo convierte en un testigo imparcial
porque, como decía el padre de Amos Oz en Una historia de amor y
oscuridad, en Yugoslavia había croatas, eslovenos, bosnios y
serbios, y luego estaban los yugoslavos, que éramos nosotros, los
judíos. Danilo presenta y desenreda las tensiones
políticas de Yugoslavia: desde la Batalla de Kosovo (1389), piedra
fundacional del nacionalismo serbio, hasta el surgimiento de los
nacionalismos centrífugos que desembocarían en la guerra (Croacia,
Eslovenia, Bosnia y Herzegovina), pasando por la paz relativa del
comunismo de Tito. Además, el lector conoce a Ana Mladić
y asiste al descubrimiento de que su padre es un criminal de guerra.
La
hija del Este no solo es útil para
entender las Guerras Yugoslavas, también es una novela sobre el
sentimiento de culpa: el de Ana, que hereda de su padre, así como el
de los que estuvieron involucrados en la guerra. Indirectamente, la
novela habla de la culpa del escritor, que aprovecha la desgracia
ajena para sacar provecho literario propio. El interés de Clara Usón
por la culpa heredada es evidente y se encuentra también en “Mi padre es un tirano”, un artículo que presenta a las hijas de
Stalin, Himmler, Fidel Castro, Franco y Ratko Mladić
y que puede servir como prólogo a La
hija del Este.
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